El entrenador Rudis Mauricio González Gallo tiene reservado un lugar especial en la historia del deporte salvadoreño al consolidar a la Selecta Playera como una de las potencias de la Concacaf y ser el artífice de la participación de El Salvador en seis copas del mundo de fútbol playa.
Gallo, ingeniero agrónomo, junto a sus Guerreros de playa, le han dado mucha alegría y orgullo a El Salvador con la clasificación a los mundiales de Marsella 2008, Dubái 2009, Rávena 2011, Tahití 2013, Rusia 2021 y Seychelles 2025, en África.
“Yo me siento feliz y con los pies en la tierra, como me enseñaron mis padres, que en paz descansen, pero al final es Dios que lo encamina a uno. Me siento muy contento de aportar a mi país”, comentó el técnico usuluteco.
Gallo ha trascendido de ser un futbolista entusiasta de la modalidad 11 a consagrarse en un entrenador que goza de mucho respeto y con logros importantes a escala regional y mundial en el balompié sobre arena.
El episodio más memorable del técnico y sus Guerreros fue escrito en el Mundial de Rávena 2011, donde El Salvador alcanzó el cuarto lugar histórico en una competencia en la que eliminó a la anfitriona Italia en los cuartos de final. Ese desempeño quedó grabado como un ejemplo de coraje y orgullo.
“Desde la primera hasta la sexta clasificación han pasado cosas buenas y cuando ganas dices ‘Dios está conmigo’”, comentó el entrenador que nació en Jucuarán, Usulután, hace 54 años.
El técnico usuluteco volvió a experimentar la felicidad de clasificar a la máxima fiesta del fútbol playa el pasado 15 de marzo cuando El Salvador obtuvo el boleto a la Copa del Mundo Seychelles 2025 al vencer 7-6 en tanda de penales a Estados Unidos en el Campeonato Beach Soccer de Concacaf Bahamas 2025.
“La sexta clasificación fue especial porque te llena de retos. La satisfacción es llegar a la competencia en el punto óptimo, luego Diosito va a decir. En los tiros de penalti muchos pueden decir que es suerte, pero es trabajo, planificación y fe. Me siento contento porque le tienen cariño a la selección”, enfatizó.
Con Gallo al mando, el combinado nacional, beneficiario del Programa Esfuerzo y Gloria, ha celebrado tres campeonatos Beach Soccer de CONCACAF, dos de ellos de manera invicta; a eso se suman tres copas centroamericanas, una medalla de oro en Juegos Bolivarianos de Playa y la consagración como campeón de El Salvador Beach Soccer Cup en 2022 y 2024.
La Selecta Playera también logró la clasificación a los Juegos Mundiales de Playa ANOC 2023, un hito que, tristemente, se vio opacado por la cancelación del evento en Bali, Indonesia, debido a problemas extradeportivos de la sede.
Desde su actual casa en el Cantón Ojo de agua, Caserio El Continental (Usulután), el director técnico también reitera su agradecimiento a Dios, a sus jugadores y al presidente ad honórem del INDES, Yamil Bukele, por el apoyo recibido desde 2019 por medio del Programa Esfuerzo y Gloria, por los fogueos, por el Estadio de Deportes de Playa para las prácticas, además de otras ayudas directas.
Fútbol y agronomía
Antes de conocer la modalidad sobre arena, Rudis Gallo fue jugador de fútbol 11, faceta que comenzó a los siete años con el impulso de su hermano que regresó de Estados Unidos.
Su entusiasmo por el balón le abrió muchas puertas y una de ellas fueron la de los equipos de primera categoría de las ADFAS Usulután con tan solo 17 años. También militó en el cuadro de la Colonia Santa Clara, después pasó a jugar en la Segunda División con el equipo Mar y Plata; Los Andes, de San Jorge, y Unión Deportiva El Tránsito (UDET). Su carrera como futbolista no fue larga y, según sus cuentas, la cerró en 1998 con el equipo Santa Clara, en Tercera División.
Mientras Rudis Gallo derrochaba su entusiasmo en las canchas usulutecas, en las aulas universitarias adquirió la teoría sobre tecnología y producción agropecuaria, aunque nunca ejerció su profesión de ingeniero agrónomo, explicó que algunos conocimientos le han servido de mucho en su vida y en la carrera como entrenador.
“Tuve la oportunidad de llegar a la Primera División, pero mi hermana me dio a elegir entre fútbol o estudio. Me decidí por ingeniería agronómica en la Universidad de El Salvador Multidisciplinaria de Oriente, me gradué en 1999, pero no encontraba trabajo y ya estaba casado”, recordó.
Durante ese tiempo, Gallo también obtuvo la visa y optó por viajar a Estados Unidos durante diferentes períodos de tiempo, incluso se encontraba en suelo norteamericano cuando sucedió el ataque a las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, en 2001.
Después de experimentar su versión del “sueño americano” y con el título de ingeniero agrónomo, Rudis Gallo nunca imaginó que su mejor cosecha no sería en el campo agronómico sino en el fútbol playa.
Surge el entrenador
Fue don Mario Alegría quien le sugirió a Gallo formarse como técnico e inscribirse en los cursos de la Asociación de Entrenadores de Fútbol de El Salvador (AEFES). Su pasión se prolongó como entrenador al obtener la licencia Clase C, B y Clase A con AEFES.
La oportunidad de su vida llegó en 2007 cuando pasó de trabajar de monitor de las ADFAS San Miguel a tomar las riendas del combinado nacional playero en lugar de Israel Cruz. Bajo su mando y en menos de una década, la azul playera se convirtió en una potencia regional y una de las selecciones consentidas de la afición.
“La selección ya había participado en la eliminatoria en Acapulco, México, con el profesor Israel Cruz, después fue que yo tomé la selección e involucré a jugadores de todo el país y competimos en la eliminatoria de Puerto Vallarta 2008 para clasificarnos al Mundial de Marsella”, recordó sobre su primer boleto mundialista.
Fe y disciplina
Desde una cómoda silla de su casa en Usulután, Rudis Gallo se autodefine como un hombre de mucha fe, optimista y luchador que se vuelve muy serio y exigente cuando entra a una cancha de arena para dirigir un entrenamiento o un partido oficial.
“Yo siempre he sido bien ordenado, disciplinado, responsable y eso lo aprendí cuando fui jugador porque tuve entrenadores que eran enojados y disciplinados, aunque yo traigo esa formación desde la casa, donde mis padres me disciplinaban con la correa o el lazo. Mi papá decía una palabra y se hacía’”, expresó.
Rudis nació en la Hacienda La Cabaña, en Jucuarán, donde vivió su primera infancia y fue hasta los siete años que se trasladó a la Colonia Santa Clara.
“Mis padres eran campesinos y la gente trabajaba en las algodoneras y cuando tenía seis años quería andar en motocicleta, porque había visto a unos trabajadores del CENTA que llegaban así al cantón y dije voy a trabajar para eso”, recordó.
Después de casi dos décadas al frente de la selección, Gallo se visualiza como el entrenador que puede darle más alegrías al país y está entusiasmado por dirigir a la Selecta Playera en la Copa del Mundo Seychelles 2025, donde tratará de escribir otro capítulo glorioso con un grupo integrado por 10 jugadores con experiencia mundialista y una selección en fase de renovación gradual.
“Mi sueño es siempre hacer las cosas bien y que Dios me dé más clasificaciones a copas del mundo; el ser humano deja de soñar y de aprender hasta que está muerto. Yo voy a seguir soñando y aprendiendo. Mi sueño es seguir dándole alegría al pueblo salvadoreño”, agregó.