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Los hermanos Pérez cumplen sus sueños a través de la natación

Carlos y Edgar Pérez son dos hermanos que disfrutan de la natación, una pasión que les ha llevado a vivir muchas aventuras en casi dos décadas de practicarlo. Incluso compitieron en eventos internacionales como los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales 2023  en Berlín, Alemania.

Edgar tiene 33 años y a corta edad fue diagnosticado con discapacidad intelectual debido a una convulsión que sufrió recién nacido, lo que además le provocó dificultades en su desarrollo motriz, situación de la que se enteró su madre hasta los dos años de edad. 

A pesar de su discapacidad, Edgar no ha dejado de disfrutar de la vida, contando siempre con la complicidad de sus padres y hermano, quienes se han convertido en sus mejores amigos y compañeros. 

Con respecto a lo deportivo, los hermanos Pérez comenzaron a nadar juntos hace 19 años en las piscinas del Complejo Deportivo El Polvorín; Edgar, en ese entonces, contaba con 14 años de edad, mientras que su hermano Carlos, con cinco. 

El principal motivo por el que este deporte se volvió parte fundamental de la vida de los hermanos Pérez fue por impulso de Adela de Pérez, madre de ambos, quien aseguró que siempre vio la natación como un deporte completo y beneficioso para el desarrollo de sus hijos. 

“Al niño (Edgar) desde que tenía seis años lo puse aprender natación, recuerdo que en algún momento me dijeron que lo llevará a atletismo, pero me gustó más este deporte y ahí se quedó. Con la llegada de mi segundo hijo, la rutina de ir a clase y luego a los entrenos se mantuvo, es por eso que digo que este deporte mantiene unida a mi familia”, contó la progenitora. 

Según Adela, la decisión tomada hace 27 años fue lo mejor que pudo hacer y se siente satisfecha y orgullosa al ver a sus hijos triunfar en el deporte que ella eligió como una actividad adicional a la académica. 

“Me siento feliz de ver lo que han alcanzado mis hijos, desde muy pequeños he andado con ellos, uno en brazo y el otro agarrado de mi mano, luchando por su futuro. A Edgar le costó aprender a nadar por su discapacidad, pero al ver cómo Carlos lo hacía fue mejorando, ahora observar cómo se manejan dentro del agua y lo que ha ganado y viajado, me hace sentir feliz”, dijo la madre de los atletas. 

Mientras que para Carlos, aprender natación fue como parte de sus actividades diarias, de una forma recreativa y siempre con la intención de estar cerca de su hermano, dejando de lado el deporte que disfrutaba jugar. 

“Yo empecé a nadar a los cinco años de una forma poco convencional, el profesor Jesús Valencia le dijo a mi mamá que si Edgar podía nadar, yo también tenía que aprender y un día me lanzo al agua y me enseñó a flotar y luego a bracear, deje de jugar fútbol en el parqueo de El Polvorín y comencé a llegar directamente a la piscina”, contó Carlos. 

En ese contexto, el hermano menor de Edgar, recuerda cómo el entrenador Valencia, le enseñó a disfrutar y convivir con su hermano en los entrenamientos y hasta en las competencias. 

“Mis primeros entrenos me tocaba dividirlos, la primera práctica la hacía solo, debido a que ya estaba federado y me preparaba para competencias, mientras que en la segunda parte de la sesión me acompañaba mi hermano, esto le ayudaba a él a mejorar su técnica y resistencia y a sentirse seguro en el agua, algo que nos enseñó el profe Valencia”, expresó el menor de los Pérez. 

Carlos debutó como atleta unificado en 2012 apoyando a su hermano dentro del agua y compitieron en actividades con Olimpiadas Especiales El Salvador (O.O.E.E), momentos que le hacen recordar el valor de la hermandad y del trabajo en equipo. 

“En el 2010 comenzamos a nadar en Olimpiadas Especiales, pero fue hasta 2012 cuando por primera vez pude competir siendo el guía de mi hermano en aguas abiertas, fue en un evento nacional. Ya lo hacíamos juntos desde antes en piscinas, pero fue hasta ese año cuando lo pudimos hacer juntos de forma oficial y algo que ha marcado mi vida”, explicó Carlos. 

Eso sí, el camino no ha sido fácil, tanto para Carlos como Edgar que han tenido que trabajar en el formato para lograr entenderse al momento de la competencia, sin tener que hablar, estrategias en las que les ha ayudado el entrenador Valencia. 

“El proceso para lograr los resultados con los que cuenta mi hermano ha sido de años de entrenamiento, no solo trabajando la resistencia y la técnica, sino también en el entendimiento que tenemos que tener ambos. Con el profe Valencia siempre nos sentamos para explicarle a Edgar qué significa cada señal que le hago con mis manos”, indicó el menor de los Pérez. 

La última aventura que vivieron Carlos y Edgar fue en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales, en Berlín, Alemania, una competencia que les ha servido para mostrarle al mundo que la unión familiar puede llevarlos a obtener logros inesperados y a concientizar a otras personas del valor el deporte y la familia. 

“En la competencia en Berlín nos tocó entrar al agua sin equipo térmico y fue duro para nosotros, pero al mismo tiempo gratificante porque lo hicimos juntos. Lo disfruté y me alegra compartirlo con mi hermano; las personas con discapacidad son especiales y nos enseñan a ser mejores”, expresó Carlos. 

Entre los resultados destacados de Edgar se encuentra la medalla de oro en los 800 metros libres y plata en los 1500 metros en aguas abiertas en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales Los Ángeles 2015, así como la medalla oro en relevo 4×50 mixto, el bronce ganada en los 800 metros libres y el cuarto lugar en la prueba de aguas abiertas en los Juegos Mundial de Berlín 2023.

Mientras que Carlos logró un tercer lugar en aguas abiertas y medalla de oro en 200 metros mariposa en el Campeonato Centroamericano y México de Natación (CAMEX) Panamá 2016 y fue campeón nacional de aguas abiertas en la temporada 2015-16.

Publicado el 21-02-2024.