Había tensión en el ambiente, y no era para menos. Personal del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) había viajado desde la capital, San Salvador, hasta Ciudad Barrios, en San Miguel, para entrevistarla y de eso dependía, o al menos eso creía, definir si era elegida para acompañar al equipo El Refugio, de Ahuachapán, al II Campus Internacional del Programa LaLiga, Valores y Oportunidad, en España.
Diana Saraí de la O Guevara reside a 160 kilómetros de San Salvador, originalmente en un pueblo de indígenas llamado Cacahuatique, que adoptó su nombre actual en honor al que fue presidente en 1860, Gerardo Barrios, y ahora es conocido como Ciudad Barrios, que además se volvió famoso por ser el lugar de nacimiento de San Óscar Arnulfo Romero, el primer santo salvadoreño.
Y si de fe se trata, Diana Saraí, o Sarita, como prefiere que la llamen, no la perdió, sino que la mantuvo hasta enterarse de que había sido elegida para viajar a España como refuerzo del equipo ahuachapaneco, con el que además la esperan tres entrenamientos antes de partir, que le servirán para socializar con sus nuevos compañeros.
“Sentí alegría, muchísima, mucha emoción de poder conocer otro país, conocer otras personas, compartirlo con otras personas, con mis compañeros”, comentó Sarita, quien con mucha madurez envió un mensaje a sus compañeros, para “insistirles a ellos para que puedan lograr esto también, como yo lo hice”.
Flanqueada por un dibujo de Leo Messi, Sarita asegura que siempre ha contado con el apoyo de sus padres, y ante esa situación, no será la excepción.
“Sé que ellos me van a apoyar siempre, porque para mí son los mejores papás del mundo, siempre han estado en todo lo que he hecho y los quiero mucho porque apoyan a toda mi familia, y también a mi hermana, que ella vive aparte, pero también ha de estar contenta por mí”, comentó.
Sarita juega como defensa central, y con una honestidad a flor de piel, asegura que cuando su equipo va perdiendo, se enoja mucho, pero que para controlarse, respira hondo y sigue con el apoyo a sus compañeros.
“A mí me gusta defender y apoyar a mis compañeros en el ataque, y en la defensa, cuando yo saco un balón del área, me pongo contenta porque sé que se alejó el peligro del área”, dice la jugadora, quien estudia sexto grado en el Centro Escolar Gerardo Barrios.
Sarita está muy feliz de que sus padres, ambos vendedores ambulantes de dulces, la respalden incondicionalmente, ya que siempre hacen el esfuerzo de acompañarla, pero cuando no pueden, siguen pendientes de ella.
“Cuando vengo de los entrenamientos me preguntan cómo me fue, si jugamos, si ganamos o perdimos, cuando iba a jugar los partidos, cuando perdimos contra Usulután, ellos me apoyaron, porque me sentía frustrada porque quería pasar la siguiente fase, me dijeron: ‘tranquila que esto pasa en la vida, ya tendrás otras oportunidades’”.
La jugadora de Ciudad Barrios asegura que las palabras de sus progenitores le ayudaron mucho para apaciguar su frustración cuando fueron derrotados y por San Agustín, y ahora ve una nueva oportunidad para continuar en busca de sus sueños.
“A mis compañeros, que sigan, que ellos pueden, ellos son igual que yo, nadie diferente, yo sé que ellos son mejores que yo, a veces cuando ellos me dicen que yo me merezco ese viaje a España, les digo que ellos también, no solo yo los llevé ahí, sino que fuimos todos los que ganamos el campeonato”, reflexiona.