Anderson Alfaro es el ejemplo claro de cómo cuidar y servir a los demás. El joven de 20 años y quien padece discapacidad intelectual, forma parte del Programa Academias Deportivas Inclusivas (Proadi) en Usulután en el cual ha destacado por cuidar a sus compañeros y darles indicaciones durante las jornadas recreo deportivas que se realizan en la Escuela de Educación Especial de la cabecera departamental usulutecas.
Alfaro, quien gracias a terapias de rehabilitación durante sus primeros años de vida superó una discapacidad física, ahora es uno de los participantes más activos en las actividades del programa y siempre está pendiente de sus “amigos”, para que finalicen el circuito de actividades lúdicas del Proadi.
“Me gusta correr y jugar, ayudo a mis amigos porque sé que lo pueden hacer. Me gusta poder guiar a mis compañeros, enseñarles lo que deben ir haciendo y así aprendan mucho”, dijo Anderson, después de apoyar a Josué Castro, quien padece discapacidad visual.
Eso sí, Anderson no solo colabora con sus compañeros, sino que, al finalizar las sesiones del programa, ayuda al monitor del Proadi, Oswaldo Quintanilla, a recoger y guardar todos los implementos deportivos.
“Siempre espera que todos sus compañeros avancen en la sesión, los abraza y les indica cómo hacer cada ejercicio. Anderson siempre trata de ayudar a las personas, independientemente de quién sea, siempre está pendiente de ayudar”, expresó el monitor deportivo.
Pero, más allá de su solidaridad, Anderson también es uno de los integrantes del Proadi que mejor coordinación, resistencia, velocidad y fuerza tiene a la hora de hacer las actividades recreo deportivas. Y eso se debe a que desde los 14 años ha tenido buenos resultados en atletismo de Olimpiadas Especiales El Salvador (OEES).
“Al principio se mostraba tímido en las actividades, pero cuando tomó confianza, pudimos corroborar sus habilidades motrices. Siempre ha estado en todas las clases, desde la primera sesión que tuvimos y en los festivales deportivos”, expresó Rodríguez.
Un papá que lo motiva
Y es que Anderson tiene una bonita relación con su padre, Enrique Alfaro, quien se ha dedicado a cuidar a su hijo desde temprana edad y también le enseñó que el deporte es una herramienta para integrarse a la sociedad, y por ello decidió integrarlo al Proadi.
“Este programa está preparando a mi hijo para que se incorpore a la sociedad. Le falta mucho, pero si se le ve un cambio muy importante”, expresó el progenitor.
En esa línea, el padre de Anderson agradeció al INDES y al Consejo de Administración de la Asociación Cooperativa de Ahorro y Crédito de Profesionales en Administración de Empresas y Carreras Afines (COASPAE de R.L.), porque mediante la academia del Proadi ha visto grandes cambios en el desarrollo integral y psicosocial en su hijo.
“Este programa le ayuda mucho porque, socialmente y deportivamente, se ha desenvuelto mejor. Estoy muy satisfecho por el avance que ha tenido mi hijo”, exteriorizó el padre de familia respecto al Proadi.
El Proadi es ejecutado en siete departamentos del país (La Unión, San Miguel, Usulután, Morazán, Cabañas, San Vicente y Chalatenango) y ofrece a la población con discapacidad actividades recreativas y deportivas que les ayudan a mejorar su condición física y desarrollo integral.
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