Después de 13 años dedicados al remo, la atleta salvadoreña Adriana Escobar tomó la difícil decisión de retirarse del alto rendimiento. La remera, quien ha sido referente del deporte en El Salvador, anunció su retiro tras meses reflexionando al respecto, priorizando su bienestar mental y abriendo paso a nuevas oportunidades en su vida.
“Tomar esta decisión no fue fácil y ha sido un proceso largo. Desde diciembre del año pasado comencé a reflexionar sobre ello. Hubo un momento en que mi mente hizo un ‘switch off’ y supe con certeza lo que debía hacer”, compartió Escobar, quien sorprendentemente dice que ha sentido un alivio tras dar este paso y que, irónicamente, su estado físico está mejor que nunca.
La atleta salvadoreña aclara que esto no ha sido una decisión tomada a la ligera. Además, respeta y valora el trabajo de las instituciones deportivas del país, pero sentía que no era el momento de seguir. “No fue una decisión impulsiva, sino algo que llevaba tiempo procesando. En 2024 me pregunté qué tipo de apoyo podría recibir después de un año sin competir, y comprendí que esto afectaría mis posibilidades en 2025. Entiendo que, sin referencias recientes, es complicado para las instituciones deportivas respaldar a un atleta. Siempre he confiado en las decisiones de las entidades deportivas y valoro su trabajo”, expresó Escobar.
Al recordar su trayectoria, Escobar destaca la disciplina y estructura que el deporte le brindaba a su día a día. ”Saber exactamente qué haré cada día me brindaba tranquilidad y un sentido de propósito”, confesó. No obstante, reconoce que, como muchos atletas, siente que quedó con sueños pendientes, siendo la clasificación a los Juegos Olímpicos el mayor de ellos.
“En 2016 estuve a solo dos segundos de lograrlo, y ese deseo sigue ahí. Pero nunca se sabe, quizás en el futuro explore otro deporte”, reveló.
Sobre su mayor aprendizaje en el remo, Adriana señala la importancia de saber soltar. “A veces, aferrarnos a algo nos impide abrir otras puertas, para alcanzar medallas y clasificar a eventos internacionales, el sacrificio de tiempo es enorme, y muchos atletas sabemos que debemos elegir entre dedicarnos por completo al deporte o encontrar un equilibrio con nuestra vida fuera de él. En mi caso, entendí que era el momento de dejarlo ir”, reflexionó.
Y si de recuerdos especiales se trata, “ganar una medalla para El Salvador en casa ocupa un lugar especial en su corazón. Además, en ese momento no sabía que había sido la primera medalla para el país en los Juegos, lo que hizo la experiencia inolvidable”, expresó la remera salvadoreña. También le agradece al remo y al deporte las amistades que forjó en el camino.
Aunque su etapa como atleta ha llegado a su fin, Escobar sigue ligada al deporte de otras maneras. Actualmente, cursa una maestría en Grecia en estudios olímpicos, organización y administración de eventos olímpicos, con el sueño de devolverle al deporte todo lo que le ha dado. El curso lo está realizando gracias a una beca de Solidaridad Olímpica, por medio del COES.
Además, está terminando de escribir libros sobre los valores olímpicos, que espera finalizar este año, y colabora con la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). De hecho, estuvo en el simposio que se brindó en Suiza la semana pasada y fue parte de un panel de discusiones. En estos momentos se encuentra en Milán, Italia, para luego desplazarse a Namibia, donde será parte del foro de atletas de la ANOC (Asociación de Comités Olímpicos Nacionales).
”Si en el futuro se presentan condiciones adecuadas para aportar positivamente al deporte en mi país, estaré encantada de regresar”, afirmó.
Para los jóvenes que sueñan con representar a El Salvador en el deporte, Adriana tiene un consejo claro: “Hagan deporte, no importa si es profesional o recreativo, dedicarle tiempo al deporte siempre será una inversión en su bienestar.”
Con una carrera admirable y una nueva etapa llena de proyectos, Adriana Escobar demuestra que la pasión por el deporte trasciende más allá de la competencia.